domingo, marzo 14, 2021

XX-diciembre 1997-Memoria de la escuela - Colegio Público "Puente Castro" (1988-2005) - El Carbayo n.º 20

  Curso escolar 1997-98 

EL CARBAYO N.º 20 – Segunda época 

EL CARBAYO n.º 20, diciembre de 1997. N.º total de páginas 32.

PORTADA 




OPINIÓN

León, 4 de julio de 1997

D. Enrique García

Presidente de la Coordinadora por la liberación de Ortega Lara


Somos miembros de la Asociación de Madres y Padres

            del Colegio Público “Puente Castro”, de León. En nombre de la comunidad educativa del Centro, queremos haceros partícipes de nuestra inmensa alegría por la liberación de José Antonio.

            Atrás quedan los días de sufrimiento y desolación de un hombre, cruel e innecesariamente torturado por los miembros de la banda terrorista ETA.

            Pero no queremos seguir en esta línea, puesto que hoy es un día de júbilo para todas las personas de bien.

            Sabed que hemos estado con vosotros en la desolación y en la tristeza. Hicimos un acto sencillo, pero emotivo, el día 30 de enero con motivo de la conmemoración del Día de la Paz y No Violencia, en el que hubo un recuerdo especial para los que estaban privados de libertad. Pero, creednos, cuando hemos quitado el lazo de la fachada del colegio, nuestra alegría no puede describirse con palabras.

            Hacemos votos para que estas alimañas no vuelvan a quitar la libertad a ninguna persona. Para que José Antonio pueda recuperarse de las posibles secuelas lo antes posible. Para que disfrute de la compañía de y el consuelo de sus familiares y amigos y el aprecio y admiración de todos los españoles de bien por haber soportado estoicamente 532 días de cautiverio.

            Por favor, transmitid a José Antonio y familia nuestra enhorabuena y hacedle saber que el amor de los que le quieren supera con creces al odio de los que lo maltrataron.

            Repetimos, nuestra congratulación por el feliz acontecimiento y recibid un afectuoso saludo.

Fdo. María Aránzazu Álvarez Gutiérrez

Presidenta de la APA




MEMORIA DE LAS ACTIVIDADES DESARROLLADAS POR LA AMPA DURANTE EL CURSO 1996-97


    La Junta Directiva de la Asociación de Padres y Madres “El Carbayo” desea hacer llegar el más afectuoso saludo a cuantas personas, entidades y empresas que han colaborado con nosotros a lo largo del curso 96-97. Especialmente, queremos dirigirnos a todas las madres y padres de alumnos y alumnas miembros de esta Asociación, que durante el curso anterior nos aportaron ideas, recursos humanos y, por supuesto, económicos (haciendo efectivas las cuotas) sin los cuales no podríamos subsistir. Para este nuevo curso, esperamos que sigáis ayudando y apoyando nuestras propuestas de actividades. Como es habitual, admitimos sugerencias.

Se realizaron tres revistas con gran nivel de participación, tanto por parte del alumnado como de otros colaboradores.

Fiesta de Navidad. Con actuaciones varias y la entrega de los premios de los concursos realizados de redacción, pintura y tarjetas navideñas.

Escuela de Padres y Madres. Se inició en el mes de noviembre, con charlas quincenales. Desde aquí, os agradecemos vuestro interés y asistencia. Al mismo tiempo, os exhortamos a que continuéis en la misma línea.

Día de la Paz y la No Violencia. El 30 de enero -con motivo del 49.º aniversario de la muerte del gran apóstol de la no violencia, Mahatma Ghandi- se realizó en el patio del colegio un acto sencillo y emotivo a la vez. Recordamos a los que sufren el azote del terrorismo, en especial a los secuestrados por la banda terrorista ETA.

Fiesta de carnaval, con un magnífico concurso de disfraces y una grandiosa chocolatada para los asistentes.

        
Aula de informática

Caja España de Inversiones
donó a la Asociación cinco ordenadores para uso de los niños y niñas del Centro. Con estos cinco ordenadores, más uno que compró la AMPA, comenzó a funcionar el aula de informática.

           Fiesta de fin de curso, con juegos y concursos infantiles. Mención especial queremos hacer al homenaje de despedida, triste y alegre a la vez, que se hizo a los alumnos y alumnas de 8.º de EGB, que finalizaron una experiencia escolar y empiezan otra nueva, a los que deseamos desde estas páginas la mejor ventura en su nueva andadura. La fiesta finalizó con una suculenta merienda y un gran baile.

Apertura de la biblioteca en horario de 5 a 7 de la tarde durante todo el curso.

Actividades extraescolares: kárate, inglés, órgano, informática, bailes regionales y aerobic (esta última dirigida a los adultos).


PÁGINA 4

ASAMBLEA GENERAL DE LA AMPA




PREMIOS DE REDACCIÓN




PÁGINA 6

PREMIOS DE PINTURA




PÁGINA 7

CONCURSO DE POSTALES NAVIDEÑAS




PÁGINAS 8 y 9

CONCURSO DE REDACCIÓN

Título: LA NAVIDAD - LA AMISTAD




Primer premio                                             2.º Premio


LA NAVIDAD                                               LA AMISTAD


¿Qué es la Navidad?                                      La niña estaba triste,

Un sueño a la realidad                                   No tenía con quién jugar

Un quejido o un suspiro                                 La tristeza le llegaba

O un terrible despertar.                                  Desde el corazón al más allá.

 

En la Navidad solo                                        La niña estaba triste

Se piensa en comprar                                     Sin amigas en quién confiar

En gastar, gastar                                             Sentada en una piedra

Y mucho derrochar.                                       Se puso a llorar.

 

Y ese niño que suspira                                   A mí me daba pena

Y no tiene pan,                                               Yo con ella quería jugar

Para ese niño                                                  Y hacer todo lo posible

¿No hay Navidad?                                         Para su vida poder alegrar.

 

Y ese niño pequeño                                       Yo jugué con ella,

Sin cobijo ni hogar                                        Ella se alegró

Ese no tiene                                                    Y la tristeza

Ni una caricia que dar                                    Se marchó.

Para esa gente

Realmente ¿hay Navidad?                             ¡Qué bonita es la amistad!

 

Si, para esa gente                                           Sheila Hernández Álvarez

Y para todas las demás                                  5.º de EP

Ha nacido el Niño Dios

Que viene a salvar.

¡Feliz Navidad!

 

Inés Sánchez García

5.º EP




PÁGINA 10

UNA NAVIDAD DIFERENTE

Estamos en Londres en el año 1869 en la calle Wall Street. La helada noche caía sobre la calle. Todas las familias se reunían para cenar, menos el viejo Edgar Bronne, que pensaba que la noche de Navidad era como otra cualquiera. Él, en lo único que pensaba era en su dinero, su dinero y su dinero.

Sentado en frente de la lumbre de la chimenea esperaba a que la cena estuviera lista. De repente, llamaron a la puerta. El viejo fanfarrón avisó a su criado para que abriera la puerta. Este no llegaba y se tuvo que levantar él.

Al abrir, vio que una pobre niña pedía alojamiento por una noche. Edgar la echó de muy mala gana. La niña cruzó la calle y se refugió bajo un árbol. La temperatura bajaba y la niña intentaba calentarse con unas cerillas, pero el viento se las apagaba.

Mientras tanto, Edgar lo veía todo, pero se limitó a dormir. En su sueño vio a su conciencia y le echó en cara su egoísmo, mostrándole el día de mañana, en el que la niña que le pidió refugio apareció muerta de frío bajo el árbol. Todo el barrio le acusaba de haberla dejado morir de frío, él lo negaba, pero todos se abalanzaban sobre él.

-¡Sácame de aquí! -decía el viejo a su conciencia-. ¡Socorro!

En ese mismo instante, se despertó, asustado, salió de su casa, cruzó la calle y agarró de la mano a la niña, y en un abrir y cerrar de ojos la metió en su gran casa. Mandó a los criados que le dieran un buen baño, que tiraran sus ropas y compararan otras nuevas, que le dieran un buen plato de pollo y una cama cómoda. Cuando el Big Ben marcaba las doce se fueron a dormir.

Por la mañana, Edgar Bronne gastó más de la mitad de su fortuna en regalos para todos los niños del barrio…

-¡No puede ser él! ¡Es imposible! – decía la gente -. ¡Por fin comprende el significado de la Navidad!

A Edgar le pareció poco y convirtió su casa en un orfanato, al que llamó “Orfanato Bronne”.

Esa Navidad cambió su vida.

Carlos Puerta Reguera

6.º de EP


PÁGINA 11

TRÁGICA MUERTE 

Una noche fría de otoño una joven llamada Paula salió despavorida por un camino oscuro sin dirección. La muchacha tenía unos 12 años, su cabello era corto y alborotado, sus ojos eran oscuros al igual que su pelo. Poco a poco se adentró en el bosque, sus pasos eran cortos pero rápidos; Paula sintió miedo en su pequeño cuerpo por un sonido intranquilizador que se oía algo lejano pero profundo. Cada vez su cara de porcelana tenía más y más miedo, pero debía huir de aquel lugar que no era, precisamente, un paraíso.

-¡Mierda! ¡Ya están aquí! – dijo Paula, que había huido del ruido de una rama al partirse. Ella se escondió lo más rápido que pudo en un arbusto muy cerrado. Se quedo allí esperando otro ruido, otro movimiento. Pero no oyó nada en unos minutos. De repente:

-¡Venga, pandilla de inútiles, buscad por ahí!

El corazón de Paula parecía que se hubiera parado. El ruido de los pasos de los otros se adentraba en los oídos sensibles de Paula; con miedo salió de su escondite; le temblaban las piernas pero corría, oía los gritos de los hombres, pero en lo único en que pensaba era en correr y correr, lejos de allí, de aquel infierno, donde habían asesinado a sangre fría a toda su familia.

Ese pensamiento se borró cuando alguien la cogió por un brazo, y la llevaron otra vez al campo de concentración, la metieron a empujones y patadas en una sala cerrada, de paredes blancas como las de un hospital. Paula sintió como un gas se introducía en su pequeño cuerpo y sus ojos oscuros se cerraban.

Rocío Fernández García

1.º de ESO


PÁGINA 12

MI PEQUEÑO ÁRBOL

Desde muy pequeño planté un arbolito. ¡Oh, mi pequeño y diminuto arbolito, cómo ate he cuidado durante todos estos años regándote, podándote, cubriéndote con un plástico para que la helada fría y oscura no te quemara tus brotes verdes y frondosos!

Y ahora tan grande, tanto, que se necesitan dos personas para rodearte mientras que cuando te planté entrabas en mi mano. Cómo te añoro desde que te cortaron por la mitad. Y ahora eres un tronco frío y pelado. Pero aún hay esperanza porque tus brotes están saliendo, tal vez se vuelvan tan grandes y frondosos como su papá. Te prometo que los cuidaré como lo hice contigo y nunca dejaré que corran el destino de su padre: transformarse en una mesa o un mueble donde alegremente los niños guardan la ropa o convertido en un banco donde los ancianos se sientan, los enamorados se hacen carantoñas y donde los chavales y niños pisotean tu lomo porque juegan a que eres un barco.

¡Oh, mi pobre y adorado arbolito! Hasta siempre.

José Manuel Sánchez González

1º de ESO


PÁGINA 13

¡SÍ, MI TENIENTE CORONEL! 


Cinco días después de la muerte de su padre, Alex se dio cuenta de que lo que hacía que se cayeran los cuadros y se rompieran los jarrones era él, Manolo, su padre. Quería manifestar que estaba allí para ayudarlos.

Todo empezó un día en que Manolo había cogido un plan militar secreto del cuartel sin darse cuenta. (Manolo era teniente coronel). Las Fuerzas Armadas de Rusia se dieron cuenta gracias a un espía de 12 años, que pasaba desapercibido gracias a ser “amigo” Alex. Ese espía, de sobrenombre “Gorrión”, y de nombre Pablo, era hijo del Capitán General ruso. Muchas veces iba a merendar a casa de Alex y un día vio los papeles y se lo dijo a su padre.

Un día que Manolo se había ido temprano al trabajo, sonó el teléfono de la casa, Alex lo cogió y, al rato, se puso a llorar: Manolo se encontraba en el coche con dos tiros en la cabeza y el coche “patas arriba”, todo revuelto. Alex se dio cuenta de que los enemigos querían el plan y que harían cualquier cosa por conseguirlo. Teníamos que escondernos porque el ejército de Rusia nos pisaba los talones. Se lo dije a mi madre, pero no me hizo caso, decía que eran imaginaciones mías.

Intenté llevar siempre conmigo el plan, hasta que un día secuestraron a mi madre, y como no encontraron el plan, me pusieron una nota: “Vete al aparcamiento del centro comercial con el plan a las 10 horas”. Llamé a la policía para que avisaran al ejército, pero no me creyeron. ¡Me las tenía que arreglar solo!

Cogí mi tirachinas y el plan para ir al aparcamiento. También llevé un cordel y fui un poco antes para preparar una trampa. Mi amigo Jack, el guardia del aparcamiento, me dejó su coche antibalas y dejé dentro los papeles.

Llegaron, soltaron a mi madre, les dije que los papeles estaban en el coche y, cuando estaban dentro, los encerré. Había enganchado la cuerda lo bastante fuerte al acelerador para que no pudieran escapar. Llamé a la policía y esta vez los detuvieron y a mí me dieron una medalla.

Diego González Martínez

1.º de ESO


PÁGINA 14

MI NAVIDAD 

Era mediados de noviembre. Me dirigía a casa después de un duro día de colegio. Aún no habían llegado las siete de la tarde, cuando el sol, que inundaba el cielo de una claridad serena, ya amenazaba con esconderse detrás del manto rojizo de nubes, las cuales, como parpadeando, dejaban caer gotas de agua cristalina que, delicadas, bañaban el terreno de un suave frescor.

El susurro del viento acompañaba mis pasos, firmes pero lentos, a la vez que alborotaba mi cabello y me acariciaba, invadiéndome de una extraña sensación de libertad. Me paré cerca de la ventana dispuesta a tocar el timbre…

-El contrato con la monja… ¡es lo de menos! -escuché la lejana voz de mi padre sin darle importancia-. Destruiremos ese orfanato y -antes de Navidad- será el centro comercial más productivo de la región…

Las palabras de mi padre se me clavaron como un puñal en el corazón. No podía ser el mismo hombre, tierno y cariñoso, amante de los niños que yo conocía, el que había enlazado esas palabras de manera que produjeran tal horror. Respiré hondo y entré en casa como si nada hubiera pasado.

Los días siguientes mi olfato detectivesco se puso en marcha: tenía que arreglármelas como pudiera para registrar los papeles de mi padre, porque siempre lo apunta todo, y para seguirle el rastro en todo momento, sin que se diera cuenta. Estaba dispuesta a averiguar lo que se traía entre manos.

Se acercaba diciembre y yo no había sacado nada en claro, excepto la extraña forma en que se comportaba mi padre y las numerosas llamadas que realizaba a lo largo del día. Pasaba el tiempo sin que yo pudiera hacer nada. Mi ánimo rozaba el suelo y la esperanza se perdía recorriendo los minutos de las horas vanas. Hasta que una noche…

-¡Cariño! – le dijo mi padre a mi madre mirándola desconsolado. Ha dicho que tengo que llevar el contrato al orfanato, mañana por la mañana – escuché escondida entre los barrotes de la escalera.

-¿Por qué tienes que hacerlo? -dijo mi madre armándose de valor-. Necesitamos el dinero, pero ya saldremos del bache. ¿De verdad crees que ese dinero va a compensar la tristeza de tantos niños sin hogar?

Me conmoví. Sin escuchar más de la conversación me fui a consultar con la almohada el plan perfecto: me levantaría temprano y esperaría a que mi padre saliera para seguirlo. Pero el sueño me jugó una mala pasada y, cuando quise ir tras él, el coche ya estaba en marcha y solo pude lanzar al cielo un grito desesperado esperando que él lo oyera.

Conducía nervioso y aturdido. Indeciso. Queriendo dejar todo atrás, aceleró y sin darse cuenta que había llevado por delante a un niño, sucio y harapiento, que quería colocar una estrella de papel en el árbol de la avenida. Se llevó las manos a la cabeza, dejándose caer de golpe en el volante. Se incorporó y, mechero en mano, quemó el contrato.

Irene Fernández Prieto

2.º de ESO


PÁGINA 15

Título: LA NAVIDAD EN LA NATURALEZA

Autor: Francisco Rodríguez Reguera

2.º de ESO



PÁGINA 16

Título: LA NAVIDAD DE UN CHICO SIN HOGAR

Autora: Beatriz de la Torre Robles

2.º de ESO



PÁGINA 17

PREMIOS DE PINTURA Educación Infantil 3, 4 y 5 años

Primeros premios

Sara Gordón López - EI 3 años

Verónica Blanco Morilla - EI 4 años



PÁGINA 18

PREMIOS DE PINTURA Primero y 2.º ciclos de E. Primaria

Primeros premios

Iván Manteca Díez - 1.º de EP

Miguel García Vicente - 3.º de EP



PÁGINA 19

PREMIOS DE PINTURA Tercer Ciclo de E. Primaria y 1.º y 2.º de ESO 

Primeros premios

Francisco Javier Pérez Rodero - 6.º de EP

Elena Sánchez García - 1.º de ESO




PÁGINA 20

CONCURSO DE POSTALES NAVIDEÑAS 

Carlos del Olmo Carnero - 2.º de ESO

Noelia Aller Crespo - 3.º de EP

Álvaro Aller Mayo - EI 5 años



PÁGINA 21

COLABORADORES

Título: LAS ESTRELLAS MIRAN LA NOCHE 

Autora: Esperanza Vicente Lorenzana






PÁGINA 22

LAS ESTRELLAS MIRAN LA NOCHE  ILUSTRACIÓN

Autor: Juan Pablo García Vicente



 PÁGINA 23

BARBERO, UN OFICIO OLVIDADO 

Autor: Emilio Cruz López

I



PÁGINA 24

II



PÁGINA 25

LAS ONGs, UN VALOR EN ALZA

El fenómeno de la cooperación en nuestro país es más que una moda pasajera. Según un estudio del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, las ONGs crean nada más y nada menos que cien mil puestos de trabajo cada año. Cruz Roja, Cáritas y ONCE son las de mayor volumen.

Las ONGs dirigidas a minusválidos también cuentan con un gran número de voluntarios. El auge de las ONGs ha animado a una gran cantidad de personas a unirse, dispuestas a ayudar a colectivos necesitados. Todos hemos quedado impresionados, por imágenes de televisión, del gran número de personas voluntarias que, en las guerras de países no muy alejados del nuestro, trabajan por los demás, arriesgando y perdiendo su joven vida en muchas ocasiones (médicos/as, enfermeras/os, soldados, religiosos/as, maestros/as, …). Son personas jóvenes, en su mayoría, que dejan su cómoda vida en nuestro país para trabajar de forma incansable, en condiciones penosas, para ayudar a personas de países donde la guerra y el hambre son el principal problema.

Existen, además, gran número de asociaciones de diversa índole, algunas muy cercanas a nosotros, donde podemos participar “echando una mano” a los que lo necesitan: niños, enfermos, ancianos, disminuidos…

Creo que las ONGs son, en este momento, el mejor ejemplo de la generosidad de la juventud. Es esta una “moda” que no debe acabar, sino ser un punto de enganche de muchas personas que se sentirán muy útiles y satisfechas prestando su trabajo y conocimiento para ayudar a los demás. 

Leticia Aller Silván



PÁGINA 26

CLARA 

Como todos los sábados, Clara iba andando a ver a sus abuelos. Los abuelos de Clara se encontraban a las afueras y ella tenía que tomar un camino entre grandes edificios, de gran sobriedad gris, entre el bullicio de coches, los cuales no permitían ser adelantados por otros y pitaban, si alguno se atrasaba, a la salida del semáforo. A Clara no le gustaba la ciudad, pero sí le gustaba la calle de sus abuelos, en la que existía una gran armonía de colores en las casas y en la que no se oía un ruido más alto que otro. Para Clara era un lugar encantador. Se encontraba ya al principio de la calle: la casa n.º 23, la n.º 25, ahí estaba, la casa n.º 27. Era una casa de colores azul cielo y blanco, con un pequeño jardín de flores en la parte delantera, y en la trasera, árboles frutales. Llamó y salió a abrirla la abuela, una señora de unos setenta años, bajita y con unos enormes rizos canosos, que le dio un beso nada más verla y ella solo dijo:

-Te quiero, abuela.

La abuela ya tenía dispuesta una actividad para la mañana: preparar mermelada de membrillo. Esta operación les ocupó toda la mañana. El abuelo, un señor alto, fuerte y con un aire bonachón, preparó macarrones, el plato preferido de Clara.

Durante la comida, los abuelos preguntaron a Clara que qué tal le iban las notas, los exámenes, los amigos. Clara solo respondía “bien”, como un autómata. Al final, recogieron entre todos los platos, y se fueron a ayudar a la abuela en la cocina. Cuando terminaron, el abuelo decidió ver una de sus películas preferidas, una de John Wayne. A Clara le entusiasmó mucho la película; le gustaban sobre todo las peleas entre indios y vaqueros.

Decidieron pasar el final de la tarde recogiendo setas. Fueron en coche, a un pueblo a 20 km. de la ciudad. Al llegar, bajaron del coche la cesta del picnic y otra cesta para recoger las setas. Para Clara, diferenciar las setas buenas de las malas era un lío. Pasaron en el pueblo unas dos horas; la primera, recogiendo setas y la segunda, tomando un agradable picnic sobre la hierba. Eran ya las siete y el abuelo decidió que era hora de marchar antes de que oscureciera.

En casa, la abuela preparó la cena: revuelto de setas. El abuelo y Clara estuvieron acariciando a Michu, un hermoso gato negro. Cenaron y al poco rato sonó el timbre. Eran los padres de Clara que la iban a llevar de regreso al centro de la ciudad.

Cristina Caballero Megido


PÁGINA 27

LA HISTORIA DEL SILENCIO


La lluvia mojaba su pelo, las gotas de agua resbalaban por sus mejillas siguiendo las sendas de su cuello moreno, impregnando el niqui blanco raído a la altura del cuello. Llevaba puesto un jersey negro y, encima de este, una chaqueta azul marino. Andaba deprisa; bajó una rampa de tierra húmeda que manchó sus playeros negros. Su mirada estaba perdida en algún lugar del suelo; se paró de repente junto a un grupo de gente que lo saludaba. Metió la mano en el bolso y sacó un paquete de cigarrillos, tomó uno y se lo llevó a la boca, lo encendió y dio una calada larga y profunda. Se sentó en un muro de cemento y cogió un tetrabrik color crema y empezó a beber, no deprisa, sino despacio; expulsaba el humo con suavidad, parecía tranquilo, todos charlaban, él decía poco o monosílabos casi inexistentes.

Decían de él que era “legal”, “un colega” le llamaban otros, “uña y carne” se oía desde el fondo de la clase y es que Kod ya no estaba allí. Todos sentíamos su ausencia.

Era mayo, mediados tal vez, un viernes, seguro que Kod salió con sus amigos a beber y a pasar un buen rato. Había llegado a las once y media, ya que era la hora a la que sus padres le habían dicho que volviera; al entrar en casa no dijo nada, sus padres estaban aún trabajando en el proyecto de una nueva casa. Sus hermanos ya estaban durmiendo. Kod chocó contra la pared de su habitación y cayó al suelo medio atontado, pero nadie se dio cuenta, se puso a andar sobre cuatro patas hasta llegar al cajón de su mesita. Sacó una cinta y la fue a meter en el walkman pero solo oyó silencio, no funcionaba; lo posó en la mesa y, lentamente, se dejó caer sobre la cama, la cual olía bien; olía al perfume que llevaba su madre, que había cambiado las sábanas; le encantaba el contacto de la piel con aquellas telas húmedas y nuevas Se estaba desvistiendo cuando su padre entró en la habitación sin apenas hacer ruido. Le preguntó “¿qué tal todo?”, pero Kod no contestó, solo se limitó a asentir con la cabeza. Su padre salió y cerró la puerta. Kod dejó la ropa tirada en el suelo y se dirigió a la cocina a tomar algo, se sentó en el suelo. Oía el ruido de la  lluvia al chocar contra la persiana, todas las luces estaban apagadas; cerró los ojos y apoyó su cabeza sobre el frigo que emitía un sonido reconfortante; así le gustaría estar siempre, solo, en silencio, descansando.


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LA HISTORIA DEL SILENCIO

Lentamente se iba reincorporando, caminaba descalzo por el suelo, se metió en el baño, sacó de una baldosa mal colocada una bolsita transparente que contenía polvo blanco en su interior, echó un poco en la palma y empezó a aspirarlo con su nariz. Había terminado lo que tenía en la mano y volvió a guardar la bolsa. Se marchó a su cama necesitado de descanso.

Kod pasó durmiendo todo el fin de semana. Cuando volvió a oír algo, fue aquella horrorosa máquina que hacía ruido y que le decía que tenía que levantarse. Se vistió lo más rápido que pudo y salió de casa sin despedirse. Una chica lo esperaba en la plaza, le dio un beso en la mejilla, la cogió de la mano y marcharon camino del instituto. Entró en clase y aguantó a dos profesores. La clase de historia la recibió en las escaleras de una sala de máquinas contigua. Parecía que la chica de esta mañana era una plasta, charlaron, más que nada discutieron, la tiró contra el suelo y se fue a casa. Era pronto, sus padres no habían llegado. Se dirigió al baño, cogió la bolsa y aspiró aquel polvo hasta no poder más. Cayó al suelo y comenzó a arrastrarse hasta llegar al sofá, en el cual se acostó. Estaba dormido, en silencio, no oía nada, a cada momento se sentía mejor. Solo oía silencio.

Su corazón comenzó a ir más despacio, ni siquiera oía eso… Era feliz, por fin ya no tendría que escuchar a nadie. Él mismo puso fin a la historia de su silencio a un alto precio. SU VIDA.

Sara Aller González


PÁGINA 29


PUENTE CASTRO, UNA HISTORIA OLVIDADA [TERCERA ENTREGA] 

2 – El Puente

Puente Castro: en 1174 aparece mencionada la localidad de Puente Castro (documentos 25 y 26 del vol. I del catálogo del AHDL, fondo Bravo), lo que revela que ya existía población en torno al Puente, que sin duda estaba construido desde los romanos. En 1463 se citan vecinos en las inmediaciones del puente, con el oficio de vinateros, contándose ya una feligresía y un concejo (j. Rodríguez, 1969, p. 26-27).


-Puente medieval: (Rabanal 1992, p. 127) sobre el río Torío, bajo la actual pasarela peatonal, a su entrada y a su salida están los muñones de los arranques de arcos del antiguo puente. En la orilla derecha, entre un jardín hay una gran pieza deforme de canto rodado y argamasa, de un estribo; los restos son claramente medievales, aunque en el subsuelo podría quedar parte romana (probablemente piedra de sillería), si el romano estuvo bajo este, lo que no es seguro.

Hay una descripción burlesca en la Pícara Justina (ed. 1605, Parte II, del libro II, Cap. III) (citado por Luengo 112 nota): “Yo entré por mi León por el puente que llaman del Castro, que es una gentil antigualla de guijarro pelada mal hecha, pero bien alabada, porque los leoneses la han bautizado por una de las cinco maravillas”.

En el Archivo Municipal de León, abundan los documentos de recaudación  de dinero para sus reparaciones  en la Edad Moderna.

Sobre su localización J. Rodríguez 1969, p. 26, Álvarez de la Braña 1901, p. 9, 159.

Álvarez de la Braña (1901 p. 9) dice que subsistió hasta el último tercio del s. XVIII, que se hizo el actual.

El puente medieval es documentado por Luengo (p. 111, nota 19): en 1336 Alfonso XI autoriza al concejo de León a arrendar su portazgo, para destinar los beneficios a su reparación; Pedro I en 1352 autorizó a cobrar a forasteros por su paso, con el fin de sostener la “labor” (supongo que obra de fábrica) del puente. Una sisa en la ciudad de León en 1574 se destinó a sus reparaciones, y en 1579 Enrique III autorizó para lo mismo una renta de peaje.


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PUENTE CASTRO, UNA HISTORIA OLVIDADA [TERCERA ENTREGA] 


Puente del s. XVIII: lista de documentos de su construcción en el último tercio del s. XVIII, en el Archivo de Hacienda de León (¿?) en Álvarez de Braña (1901, p.163).

Sus “cartelas” publicadas por Sanz Martínez: “Se hizo este puente por disposición del Consejo de Castilla”; “Siendo Intendente General del Reino de León y Juez de esta obra el Señor Marqués de Malespina”; “Fue director de esta obra el Maestro arquitecto Don Bernardo Miguélez”; “Se costeó por los pueblos de treinta leguas en contorno y se acabó en el año 1778, XX del Reinado del Señor Don Carlos III”.

-Calzadas: en 1777 se construyó la calzada desde San Lázaro hasta el puente del Castro; entre 1776 y 1778 todo el paso de la localidad hasta la ermita de Santo Tomás (aún debía tener este nombre), y finalmente, en 1791, la calzada desde la citada ermita hasta “El Portillo” (Risco, Historia, 1792, p. 128, 136).

-Iglesia de Nuestra Señora de La Puente: se trata de una parroquia de León o de sus arrabales, que se cita en Filemón de la Cuesta: “El Seminario conciliar de San Froilán” (Revista del clero leonés, N.º 30-31, 1927, p. 127), en una reunión que hace el obispo de León, Fray Andrés de Caso; asisten 10 párrocos y faltan los de Santa Ana y “Nuestra Señora de la Puente” (aparecen todos menos San Juan de Regla; podría referirse a Puente Castro, ya que la ermita más cercana a este puente era Nuestra Señora de los Remedios y Niños de la Doctrina, pero estaba en el dezmatorio de Santa Ana; no conozco parroquia de este nombre tampoco en Villaobispo donde no había puente, ni había nada junto al puente se San Marcos, salvo la algún tiempo Parroquia de La Magdalena en término de San Marcos).


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PUENTE CASTRO, UNA HISTORIA OLVIDADA [TERCERA ENTREGA] 

3 – Judíos

Castro de los Judíos: (Luengo 114-115 tomándolo de J. Rodríguez, AL, 2, p. 38) se situaría al lado sur del castro; se describe su destrucción en 1196, cuando en una guerra, Alfonso VIII de Castilla y Pedro II de Aragón invaden el reino de León de Alfonso IX, cercando este castro entre los días 23 y 25 de julio (Santiago), tomándolo y quemando la judería y sinagoga, siendo esclavizados todos sus moradores judíos. En esta ladera han aparecido al menos cinco epitafios de hebreos, de los años 1094 a 1135. Tanto Álvarez de la Braña como J. Rodríguez, creen que la judería no fue reconstruida, sino agregada al barrio leonés de Santa Ana. El terreno ocupado por la judería  (Luengo p. 115) pasaría al obispo de León, como indemnización por los impuestos de la aljama, perdidos por su despoblación.

Sin embargo, en 286 se cita la localidad de “Castro de los Judíos” (docto. 113, AHDL, Bravo), lo que podría indicar que se habría repoblado, ya que no sería lógico mantener el apellido “judíos” en un barrio de cristianos que ya disponían de barrios como el Puente y San Pedro.

Sinagoga judía: Justiniano Rodríguez (1969, nota 30) recoge diversas versiones contradictorias, que la han señalado en el edificio del hospital, a la salida W. del puente antiguo, y también en el solar de la antigua ermita de Santo Tomás, ocupada más tarde por la parroquia de San Pedro, sobre la Carretera de Madrid.

-Topónimo “Tordemilanos”: citado por Ensenada, puede relacionarse con “torre de” (¿un edificio defensivo?).

Moisés Sem Tob de León.

-Inscripciones hebreas de Puente Castro (Museos de León y Toledo): J. Rodríguez, p. 50-51, 53, 55,56) lápida de 1026 de Mar Jacob, hijo de Rabí Yshaq Aben Qotd, asesinado en la carretera, termina diciendo: “¡Que Dios vengue su sangre!”; 1102, de Mar Abraham, malherido en la ciudad de León; 1135 de Mar Abisaí, natural de Compostela (Mar es tratamiento por “Señor”).

En 1905 se trata de ellas en las actas de la Comisión de Monumentos de León.

Grau 1993 p. 102-103 dice que se hallan 3 en el Museo Sefardí de Toledo; en 1983 las obras de la nueva carretera de acceso a León, abrió de nuevo el cementerio, en el que se realizó una rápida excavación. Lo principal hallado fue un fragmento de inscripción rota datada sobre 1100 y ahora en el museo de León por donación del descubridor Javier Aláiz.


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PUENTE CASTRO, UNA HISTORIA OLVIDADA [TERCERA ENTREGA] 

-Murallas del Castro: altos de la orilla izquierda del río Torío. Al norte de la actual población, “altos de la Nevera”; este pequeño edificio ya no existe, aunque en su lugar hay desde antes de la Guerra Civil un depósito de agua, localizado encima de un montículo circular modificado artificialmente, ocupado por un “castro”, que habitualmente se atribuye a la comunidad judía medieval.

En sus laderas N. y S. “se perfilan tres rampas, correspondientes a los perímetros de defensa y a la acrópolis”; se trata de un montículo modificado, con un perímetro de 811 metros y estaba amurallado (Luengo p. 112 y Gómez Moreno, CML, p. 7); Gómez Moreno dice que “estos muros fueron rehechos por los romanos, con obra de mampostería”.

A su norte hay un corte en el terreno, separando el citado cerro circular de otro rectangular también modificado, y rodeado de murallas de argamasa probablemente romana, muy visibles al frente que da al río.

            Tras un nuevo corte del terreno, los altos siguen hasta el término denominado “Cuestas de la Candamia”, por cuya parte frente a la ciudad de León, son frecuentes los hallazgos de cerámica medieval.

            Luengo (p.112) lo denomina “La Mota” o “Castro de la Candamia”. Hasta el s. XVIII tenían estas cuestas pinares (los cita Jovellanos en sus Diarios y lo recoge Luengo).

            Luengo (p.114) describe una muralla denominada “La Cerca”, al final de la ladera sur del castro, dentro ya del área de casas; es cuadrada y mide 300 mts.  de lado, hecha con cantos rodados, con mortero de cal, y por su lado exterior “abundantes baldosas, que hacen pensar en un solado, que pudieran corresponder a crujías de pórticos”, claramente romanos.

            -Castro medieval: Rabanal 1992, p. 127, menciona cerámica medieval en el cerro “castro de la Mota”; a la orilla del río, se aprecian con los derrumbes de tierra, depósitos de cerámica medieval, probablemente basurero, o restos de un alfar (visita).

Alejandro Valderas Alonso

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