La sinrazón
ETA acaba de atentar de nuevo en Madrid. Aparte de cuantiosos daños materiales, ha quitado la vida (según todas las probabilidades) a dos ciudadanos españoles de origen ecuatoriano. Ha causado más dolor y, lo que es peor, más división entre los demócratas. ETA no tiene ninguna razón para hacer lo que hace y los demócratas divididos no tienen derecho a dividir y confundir a los ciudadanos.
Por desgracia, algunos demócratas encuentran razones para atacar al Gobierno por el atentado de ETA en lugar de unírsele en el repudio del mismo. No es de recibo. El único culpable es ETA y a esta banda terrorista es a la que hay que responsabilizar por todos y cada uno de sus ya innumerables crímenes. En esto tenemos que estar unidos todos los amantes de la libertad, la justicia y la paz. No hay derecho a que una banda de mafiosos, incapaces de convivir en democracia (defendiendo sus ideas en el parlamento), nos roben la ilusión y la esperanza. Es a ellos a los que hay que pedir cuentas y no al Gobierno, a pesar de su ingenuidad o sus posibles errores. Hoy, día de Nochevieja, es un día triste. ¡Qué miserables los terroristas!