lunes, octubre 09, 2006

Otoño

Otoño

AMSTERDAM (HOLANDA). SEPTIEMBRE 2007

    El paso del verano al otoño suele ser traumático. Algunos venimos de disfrutar de unas largas vacaciones (sin duda merecidas) pero que nos han acostumbrado a una dolce farniente, una agradable ociosidad compuesta de baños, de agradables paseos, de charlas con los amigos, de algunas meriendas... y una gran despreocupación por la disciplina que supone el trabajo. Claro, en los primeros días del otoño, cuando regresamos al tajo, el desajuste es tremendo: el cuerpo se resiste a obedecer, se nos acelera, se nos rebela, quisiera seguir con el ritmo sosegado y despreocupado al que le habíamos acostumbrado... Volverlo a la buena senda nos cuesta dios y ayuda... Pero ¿hay otro remedio?

















1 comentario:

raul dijo...

Bueno... todo es relativo. A mi este año no me está suponiendo demasiado trauma. Las vacaciones las cojo la próxima semana para disfrutar un poco de sol y playita, y además la temporada de esquí está ya a la vuelta de la esquina ;)