Ilusiones
Las ilusiones se refieren más bien al futuro. Es decir, las vivimos en el presente pero con una proyección futura. En ese alocado transcurrir del pensamiento proyectamos deseos, venideras realizaciones, situaciones, con los que supuestamente lograríamos un estado de plena felicidad. Creemos que, cuando estemos liberados de ataduras presentes, por ejemplo, el trabajo, podremos realizar aquello que más nos gusta, vivir una vida más plena, en definitiva, realizar nuestros sueños...
Lo malo de estas eufóricas emociones es su alejamiento del mundo real. Las experimentamos en unas circunstancias personales que pueden cambiar en el futuro (la salud, sin ir más lejos, ya sea física o mental, o las relaciones con las personas que queremos) transformando lo antes apetecible en aborrecible. No es malo tener ilusiones, ni alejarse por unos momentos de la cruda realidad; lo malo es creérselas a pies juntillas, sin matices, engañarse a uno mismo. Bien están las ilusiones, la esperanza, que nos animan a seguir en la brecha y a trabajar por un mundo mejor.
3 comentarios:
Qué ilusión que hayas vuelto a escribir, papá!! Besos Elena.
Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.
(Gilbert Keith Chesterton)
Bs
M.
c'mon!!!!
Publicar un comentario